Antes de nada, me gustaría dejar claro que lo de Ucrania por parte de Rusia es una invasión en toda regla. Ahora bien, a lo largo del artículo me gustaría intentar ahondar en una serie de acontecimientos históricos que se han venido sucediendo en el país y que, mucha gente, lamentablemente desconoce. También tengo que decir, que los primeros días, dado la confusión del asunto, no tuve una opinión clara al respecto y de rechazo absoluto a lo que estaba sucediendo, simplemente porque millones de historias de Instagram y millones de medios de comunicación volcasen su odio contra Rusia, y más concretamente, contra su presidente Vladimir Putin. Eso es lo que trataré de desentrañar en este artículo, en como gente que hasta hoy en día no ubicaba Ucrania en el mapa, es hoy capaz de descargar su ira y tener una posición clara en el conflicto, de la mano del actual gobierno en Ucrania, de la Unión Europea y de la OTAN, encabezada por Estados Unidos.
Me ha sido complicado enfocar este artículo, pero he querido que se centre en esta misma idea. En los últimos días hemos visto historias de Instagram en las que todo el mundo parece estar actualizado sobre geopolítica e historia, más concretamente en Ucrania, incluso si nunca la han escuchado en su vida, inducidos por un pensamiento desde los principales medios de comunicación, en los que se puede dejar ver lo malos que son Rusia y Putin porque no forman parte de Occidente, ni de la OTAN, ni de la UE y que se mantienen ahí aislados sin querer tener mucho contacto con el resto. Yo me pregunto si realmente es tan bueno formar parte de esto, formar parte de la UE no es mejor ni peor, podría escribir otro artículo argumentando porqué la salida de la UE podría ser beneficiosa para España, pero también sería especular sobre un hecho ficticio para acabar diciendo que, realmente, tal y como estamos, en la actualidad estamos mejor dentro de ella.
Diferente sería mi opinión sobre la OTAN, porque creo firmemente que nuestra pertenencia a la Organización del Tratado del Atlántico Norte no solo no nos es beneficiosa, sino que nos pone en peligro frente a agresiones externas ajenas a nosotros y que tiene más que ver con la agresión a uno de sus socios, sino el más importante, que es EEUU. Y es que, EEUU tiene una larga lista de enemigos en el Mundo, uno de ellos compartido por todos, y que no es otro que el terrorismo y el islamismo radical representado en la Yihad. En Madrid sufrimos en 2004 un terrible atentado en la estación de Atocha a causa de nuestra participación en la guerra de Irak, alentada por el entonces presidente, José María Aznar, y que era una guerra en que la España no tenía que decir nada, pero a la que acudimos en concordancia con nuestro compromiso con la OTAN, de ahí lo que reflejaba antes.
Pues bien, entre 2010 y 2014, el país estuvo regido por un partido de corte prorruso, el Partido de las Regiones, y por tanto alejado de todas las influencias occidentales y europeístas, que estaba presidido por Viktor Yanukóvich. Ya a finales de su mandato, el 21 de noviembre de 2013 se produjo la revuelta del Euromaidan, guarden este nombre, como consecuencia de la marcha atrás al Acuerdo de Asociación y Libre Comercio con la Unión Europea. Como consecuencia de este hecho, miles de ciudadanos en Kiev y en otras grandes ciudades se arrojaron a la calle, pero hay que subrayar que no todos, el formar parte de la UE o la OTAN nunca ha sido ni en Ucrania ni en ningún otro país, algo con lo que todo el mundo esté de acuerdo. Los que si estaban de acuerdo con que la situación política y económica no era la más deseable eran dos partidos de ultraderecha, concretamente Pravy Sektor (Sector Derecho) y Svoboda (Unión panucraniana, también traducida como Libertad) así como diversos sectores de la iglesia ortodoxa ucraniana, con sede en Kiev y no la de Moscú. Muchos de estos extremistas de derecha y nacionalistas ucranianos alaban la figura de Stepan Bandera, una figura repleta de controversia que durante la Segunda Guerra Mundial llegó a colaborar con los ocupantes nazis en Ucrania contra la URSS y fue responsable de matanzas contra las minorías polaca y judía, aunque también pasó un tiempo internado en el campo de concentración de Sachsenhausen, cerca de Berlín.
En la imagen, el retrato del líder nacionalista Stepan Bandera, así como banderas del partido ultraderechista, Svoboda.El caso es que después de los acontecimientos del Euromaidán, la sociedad ucraniana se encontraba completamente dividida, sin que hubiera un claro acuerdo entre ninguna de las partes, es más, las diferencias entre ellas son totalmente irreconciliables. En torno a un 38% apoyaba la continuidad de la asociación con el país vecino, Rusia, con el que les une una larga historia y cultura, y otro 38%, curiosamente, abogaba por un mayor acercamiento con Europa. Así mismo, las diferencias se encrudecían todavía más en las diferentes partes del país. Mientras que en la capital, Kiev y el oeste, el apoyo a la entrada en la UE era claro, en el este sucedía todo lo contrario, lo que se explica, en parte por su cercanía a Rusia, y que explica también por qué Crimea y la Cuenca del Dombass (con las autoproclamadas Repúblicas Populares de Lugansk y Donetsk) se encuentran en la situación en la que están hoy en día, ya que ellas mismas se autoproclamaron independientes contra la deriva del nuevo gobierno ucraniano. Podemos decir en este caso, que desde entonces el país se encontraba inmerso en una guerra civil entre los que eran partidarios de un mayor cercamiento con la UE, la OTAN y Occidente y aquellos que abogaban por seguir estrechando lazos con el vecino ruso, ninguna de las dos posturas es mejor o peor, pero hasta el momento se han mostrado irreconciliables y la escalada de tensión no ha hecho más que ir en aumento. El caso es que, tras estos sucesos, el entonces presidente Yanukovich dimitió y se acabó formando un nuevo gobierno liderado por la oposición. De esta manera, se puede decir, que el actual gobierno de Ucrania, del que Volodímir Zelenski es su segundo presidente, es en realidad, fruto de un golpe de estado.
También tengo que decir que, personalmente, si bien inicialmente las revueltas del Euromaidan surgieron de manera espontánea entre diversos sectores de la sociedad opuestos al gobierno, como los estudiantes, desde las autoridades de otros países, desde la UE y especialmente desde EEUU, se alentaron estas protestas en el país de cara a alejar la posibilidad del triunfo de un mayor acercamiento a Rusia y en pro de un mayor acercamiento, en cambio, hacia Europa y el bloque otanista y occidental, incluso financiando en muchos casos a estas organizaciones de extrema derecha citadas con anterioridad. No será la primera vez ni la última, ya que todas las revoluciones de la llamada Primavera Árabe, se encuentran también bajo los mismos parámetros. Es por eso que decía antes que Ucrania vive en un ambiente de guerra civil entre estas dos partes desde 2014, y es por eso también que debemos intentar conocer ambas para no dar rienda suelta ni apoyar gran parte de los crímenes por parte de las organizaciones fascistas que se han llevado a cabo, como el incendio de la Casa de los Sindicatos de Odesa, y que acabó con la vida de 48 personas que fueron quemadas vivas cuando se encontraban en su interior, ya que el nuevo gobierno ucraniano, desde el minuto 1, ha perseguido la profesión de las ideas comunistas, marxistas y socialistas en general.
Aún así, hay que reflejar que en el caso de la península de Crimea, sede de la flota del rusa del Mar Negro, hoy en manos rusas y antes parte de Ucrania, realmente siempre formó parte de Rusia. Su principal ciudad, Sebastopol, aunque no por ello la capital, fue fundada por el duque Potiomkin en 1783, quien dio nombre al famoso acorazado en la revolución de 1905, protagonista de la película de 1925 del director soviético, Sergei Eisenstein. Por tanto es una ciudad fundada en tiempos del imperio ruso, más concretamente durante el reinado de Catalina la Grande, cuando Ucrania ni siquiera existía como país ni como nación política. Solamente desde 1997 y hasta los hechos de 2014, le fue cedida a Ucrania por Rusia a cambio de mantener una base militar en la zona. Pero los acontecimientos derivados de la crisis del Euromaidan y la mayoría pro rusa en la península de Crimea, llevó a la ciudad de Sebastópol a declarar su independencia de Ucrania pasando a formar parte de Rusia en marzo de 2014. En un referéndum posterior en el cual votó el 89,51% de la población, el 95,6% respondió sí a la pregunta «¿está a favor de la unificación de la península de Crimea con Rusia como sujeto de la Federación».
También es un hecho, el que, después de la caída de la URSS, la OTAN no haya hecho más que expandirse con los años hacia el este, en aquellos países antaño firmantes del Pacto de Varsovia durante la época socialista, como Alemania (del este), Polonia, Hungría, República Checa, Eslovaquia y las tres repúblicas bálticas (Lituania, Letonia y Estonia) acercándose más a las fronteras rusas y poniendo en peligro su propia seguridad nacional, lo cual es perfectamente entendible por su parte. Un hecho por el cual Rusia ha estado reclamando responsabilidades, pero al que no se le ha prestado mucha atención. En los últimos meses, EEUU ha estado enviando multitud de armamento militar a Ucrania que se ha estado preparando ante un inminente ataque ruso, pues recordemos que los movimientos de tropas rusas cerca de la frontera se llevaban dando desde diciembre.
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