Aunque mi blog no lo lee mucha gente, había pensado hacer una explicación de mi viaje por Moscú. recomendando aquellas zonas que visitar, o al menos citando aquellas en la que nosotros estuvimos, incluyendo imágenes para hacerlo todo más interactivo. Había intentado hacer un viaje con los de mi clase, pero la falta de cohesión que había lo hizo imposible. Propusieron muchos destinos; crucero por las islas griegas, Estambul y otros muchos más pero después de tanto cambiar al final no se decidieron por ninguno. Y ante esa falta de decisión, y por no hacer los típicos viajes de fin de curso a Riviera Maya o Cancún y para hacer uno más cultural e interesante pensé en la opción de Moscú, un destino al que personalmente tenía muchas ganas.
Todo el tramite burocrático del visado, seguro médico, etc., lo podéis encontrar en la fantástica página de Rusalia, que precisamente a nosotros nos ha venido como un regalo del cielo ya que explicaba todos los procedimientos para la obtención del visado ruso además de recomendarnos muchas otras cosas y aplicarnos un breve descuento en la tarjeta de telefonía de Holafly para poder tener internet en Rusia.
Tenía ganas de un viaje a Rusia, así que para no ir solo, le propuse a un amigo que me acompañara y aceptó sin problemas. A ambos nos gusta la historia de este país, especialmente la soviética. Sacamos los vuelos por la tradicional página de Skyscanner que nos comparó entre las principales compañías que ofrecen vuelos a Moscú y al final compramos los billetes en S7 AIRLINES (Siberian Airlines) que es más barata que Aeroflot, la aerolínea principal de Rusia. No obstante, a la hora de viajar a Rusia hay que tener en cuenta que no es un destino barato, por lo que no esperes viajar con una compañía low cost o algo por el estilo, y que los vuelos mínimo 150/200€ te van a costar, y ya son baratos por ese precio.
Los vuelos son lo de menos, ya que el viaje a Rusia implica cumplimentar antes una serie de trámites burocráticos. Uno de ellos es la obtención del visado, para ello deberás hacer un certificado antes, sacarte un seguro de médico de viaje (a nosotros nos costó 12€ creo recordar) y algunas cosas más que no recuerdo. Todos los detalles que necesitas para viajar a Rusa están perfectamente detallados en la página web de https://www.rusalia.com/ , la que como he dicho fue la que más nos ayudó en el viaje ya que decidimos hacerlo por nuestra cuenta sin recurrir a una agencia y así nos salía más barato. Personalmente en el tema de los trámites fue mi amigo el que estuvo más pendiente y se enteraba mejor de las condiciones y los requisitos que hacían falta. A parte de hacerse el seguro médico, rellenar los documentos del visado y tener el pasaporte en regla entre otras cosas, había que ingresar unos 50€ en un número de cuenta correspondiente que creo que era de una entidad del Banco Sabadell. Imprimías el cheque de la transferencia y toda esta documentación junto con el pasaporte en regla y menos de 6 meses de su caducidad lo enviabas por carta a la Central de Visados Rusos de Madrid o la de Barcelona, pero la de Madrid está más cerca de Málaga.
Nosotros decidimos enviarlo por MRW y la verdad es que nos fue muy bien, fuimos a la sede de Héroe de Sostoa y allí nos atendieron tan divinamente e hicimos todo los trámites pertinentes, además de pagar el envío de la documentación y la vuelta, a unos 13€ más o menos cada uno. La página de la Central de Visados Rusos recomendaba otra empresa de paquetería (creo que era SEUR) pero nosotros optamos por MRW porque nos transmitía más confianza. Ya habíamos hecho lo más gordo. Después de eso sólo nos quedaba sacarnos la tarjeta de internet porque los vuelos ya lo habíamos mirado y comprado. El alojamiento lo buscamos en un hostel que se llamaba Netizen y que estaba cerca de la parada de metro de Rimskaya, que en ruso significa Roma, de hecho en ella se podía ver a Rómulo y Remo, una columna de orden compuesto (jónico y corintio) y la loba capitolina. Aunque estaba situada a las afueras de la ciudad, el metro de Moscú está muy bien comunicado y su frecuencia de paso es muy corta por lo que no tardas tanto en atravesar una punta a otra de la ciudad. La de Rimskaya era una de las paradas de metro más nuevas, no data de la época soviética sino de los años 90, una vez que cayó la Unión Soviética.
El alojamiento lo busqué yo y me pareció un buen sitio por las fotos que veía en Booking. La verdad es que el sitio estuvo muy bien para lo que nos costó. Las habitaciones eran compartidas con más personas digo yo que habría unas 10 literas o así y cada una contaba con su correspondiente armario personal en el que dejar tus pertenencias. Si tenías candado la podías cerrar o bien pedir uno en la recepción que eran muy simpáticos y hablaban perfecto el inglés (por lo general los rusos no suelen hablarlo demasiado). Otros preferían dejar sus pertenencias al descubierto o no cerraban el armario con llave, cada uno bajo su responsabilidad pero es verdad que no tiene por qué pasar nada. Ante la duda mejor asegurar siempre, estaría bueno ir a Rusia e irte sin documentación, dinero ni pasaporte y tener que quedarte en tierra expuesto. Los baños también eran compartidos, estableciendo la diferencia de chicos y chicas, y más o menos había tres o cuatro por pasillo. Lo mejor era llegar el primero al cuarto de baño grande, por la diferencia de bañarse más cómodo o menos cómodo. El desayuno en el hotel no estaba incluido en el precio, aunque tampoco era caro y se desayunaba bien. Para cenar había varios establecimientos cerca y al lado justo un Pizza Hut.
Nuestra primeras impresiones al llegar al aeropuerto de Domodedovo y dirigirnos hasta la capital, que está a unos 20 minutos fue de estar en uno de los países más grandes de la tierra, y ya antes de entrar venían recuerdos de la época soviética, bustos de Lenin en fábricas, etc, como si nos fuesen preparando para lo que venía. El primer día lo dedicamos a acomodarnos en el hotel, y como ese día habíamos llegado a las 9 y el check-in no era hasta las 10:30-11h (hora rusa) decidimos dejar las cosas en la habitación pertinente del hotel y darnos una vuelta hasta que nuestra habitación estuviese lista. Nos dimos una vuelta por el distrito de Tagansky y llegamos hasta el parque del mismo nombre.
El resto del día y de la tarde lo dedicamos a ver La Plaza Roja y el centro que era de lo que más ganas teníamos. Esto incluye el Teatro Bolshoi, Teatralnaya, la Plaza donde se encuentra Karl Marx, la plaza de la Lublianka y el edificio del Parlamento Ruso o la Duma estatal. Como ya era de noche, decidimos dejar la visita al Mausoleo de Lenin en la Plaza Roja (Krasnaya Ploschad) para el día siguiente pero cuál fue nuestra sorpresa que cuando fuimos éste estaba cerrado al público. Nosotros estuvimos en Moscú desde el 15 hasta el 21 de julio y el guardia allí presente nos comunicó que lo volverían a abrir el día 26. Obviamente ese día ya no nos encontrábamos allí. Más tarde, ya en los últimos días, nos enteramos de que había un torneo de boxeo en mitad de la Plaza Roja e imaginamos que por eso habían cortado la entrada al Mausoleo.
La entrada al Mausoleo no sólo incluye la tumba de Lenin sino también la de otros generales del Ejército Rojo que hay detrás, como Stalin, así como otras preeminencias y personalidades destacadas del gobierno y el Estado soviéticos. Los otros días lo repartimos en seguir viendo la ciudad, por el parque Gorki o Parque de la Cultura, la Plaza del Museo Cosmonáutico, el VDNJ (Exposición de los logros de la economía nacional inaugurado en época de Krushchev) así como muchas otras cosas. También estuvimos viendo el Estadio Luzhniki y sus alrededores, que tiene esculturas dedicadas a diversos futbolistas, del CSKA, del DINAMO (Lev Yashin conocido como “La Araña Negra”), otros del Spartak (entre ellos el fundador que fue un opositor al régimen soviético y cercano al fascismo). Había varios eventos de fútbol playa y estaban construyendo un pabellón nuevo, no sé si relacionado con la natación, justo enfrente de la boca del metro y junto al Estadio. Era de dimensiones colosales y tenía unos relieves de diferentes atletas que impresionaban a la vista. El entorno que rodea el estadio es un buen espacio para pasear y no muy lejos hay un famoso monasterio que también es un cementerio (Novodévichi) donde están enterrados muchos personajes famosos de la historia rusa y soviética. Vale dinero la entrada y estaban en obras, nosotros decidimos no pagar, quizás hicimos mal, en el entorno hay un gran estanque y muchos espacios verdes, Moscú es la ciudad de los parques, también la de las palomas, aunque es ideal para pasear y desconectar del ajetreo y el bullicio de una ciudad de 13 millones de habitantes. Luego fuimos andando desde ahí hasta el distrito financiero para no volver a coger el metro y fue casi una hora, porque si algo destaca en Moscú como en otras ciudades rusas son las largas distancias.
En el Estadio Luzhniki también nos subimos al teleférico, de reciente inauguración, que conecta con el punto superior atravesando el río Moscova desde donde vimos la panorámica de la ciudad desde la Colina de los Gorriones, antigua Colina de Lenin, y fuimos a ver el rascacielos de la Universidad, aunque no nos dejaron entrar.
Más tarde nos alejamos algo más del centro y fuimos a ver Kolomenskoye, un parque inmenso con antiguos palacetes de madera, un cementerio e iglesias. Dos días antes estuvimos en el Kremlin de Izmailovo comprando souvenirs que están muchísimo más baratos que las tiendas del centro. Compramos las famosas matrioshkas y en mi caso algunos imanes de la era espacial, carteles de Lenin y una taza de Marx, Engels, Lenin y Stalin. En definitiva, un viaje y una experiencia increíble que volvería a repetir en cuanto tuviese la ocasión porque es un país inmenso con mucho encanto y curiosidades por descubrir.
Los vuelos son lo de menos, ya que el viaje a Rusia implica cumplimentar antes una serie de trámites burocráticos. Uno de ellos es la obtención del visado, para ello deberás hacer un certificado antes, sacarte un seguro de médico de viaje (a nosotros nos costó 12€ creo recordar) y algunas cosas más que no recuerdo. Todos los detalles que necesitas para viajar a Rusa están perfectamente detallados en la página web de https://www.rusalia.com/ , la que como he dicho fue la que más nos ayudó en el viaje ya que decidimos hacerlo por nuestra cuenta sin recurrir a una agencia y así nos salía más barato. Personalmente en el tema de los trámites fue mi amigo el que estuvo más pendiente y se enteraba mejor de las condiciones y los requisitos que hacían falta. A parte de hacerse el seguro médico, rellenar los documentos del visado y tener el pasaporte en regla entre otras cosas, había que ingresar unos 50€ en un número de cuenta correspondiente que creo que era de una entidad del Banco Sabadell. Imprimías el cheque de la transferencia y toda esta documentación junto con el pasaporte en regla y menos de 6 meses de su caducidad lo enviabas por carta a la Central de Visados Rusos de Madrid o la de Barcelona, pero la de Madrid está más cerca de Málaga.
Nosotros decidimos enviarlo por MRW y la verdad es que nos fue muy bien, fuimos a la sede de Héroe de Sostoa y allí nos atendieron tan divinamente e hicimos todo los trámites pertinentes, además de pagar el envío de la documentación y la vuelta, a unos 13€ más o menos cada uno. La página de la Central de Visados Rusos recomendaba otra empresa de paquetería (creo que era SEUR) pero nosotros optamos por MRW porque nos transmitía más confianza. Ya habíamos hecho lo más gordo. Después de eso sólo nos quedaba sacarnos la tarjeta de internet porque los vuelos ya lo habíamos mirado y comprado. El alojamiento lo buscamos en un hostel que se llamaba Netizen y que estaba cerca de la parada de metro de Rimskaya, que en ruso significa Roma, de hecho en ella se podía ver a Rómulo y Remo, una columna de orden compuesto (jónico y corintio) y la loba capitolina. Aunque estaba situada a las afueras de la ciudad, el metro de Moscú está muy bien comunicado y su frecuencia de paso es muy corta por lo que no tardas tanto en atravesar una punta a otra de la ciudad. La de Rimskaya era una de las paradas de metro más nuevas, no data de la época soviética sino de los años 90, una vez que cayó la Unión Soviética.
El alojamiento lo busqué yo y me pareció un buen sitio por las fotos que veía en Booking. La verdad es que el sitio estuvo muy bien para lo que nos costó. Las habitaciones eran compartidas con más personas digo yo que habría unas 10 literas o así y cada una contaba con su correspondiente armario personal en el que dejar tus pertenencias. Si tenías candado la podías cerrar o bien pedir uno en la recepción que eran muy simpáticos y hablaban perfecto el inglés (por lo general los rusos no suelen hablarlo demasiado). Otros preferían dejar sus pertenencias al descubierto o no cerraban el armario con llave, cada uno bajo su responsabilidad pero es verdad que no tiene por qué pasar nada. Ante la duda mejor asegurar siempre, estaría bueno ir a Rusia e irte sin documentación, dinero ni pasaporte y tener que quedarte en tierra expuesto. Los baños también eran compartidos, estableciendo la diferencia de chicos y chicas, y más o menos había tres o cuatro por pasillo. Lo mejor era llegar el primero al cuarto de baño grande, por la diferencia de bañarse más cómodo o menos cómodo. El desayuno en el hotel no estaba incluido en el precio, aunque tampoco era caro y se desayunaba bien. Para cenar había varios establecimientos cerca y al lado justo un Pizza Hut.
Nuestra primeras impresiones al llegar al aeropuerto de Domodedovo y dirigirnos hasta la capital, que está a unos 20 minutos fue de estar en uno de los países más grandes de la tierra, y ya antes de entrar venían recuerdos de la época soviética, bustos de Lenin en fábricas, etc, como si nos fuesen preparando para lo que venía. El primer día lo dedicamos a acomodarnos en el hotel, y como ese día habíamos llegado a las 9 y el check-in no era hasta las 10:30-11h (hora rusa) decidimos dejar las cosas en la habitación pertinente del hotel y darnos una vuelta hasta que nuestra habitación estuviese lista. Nos dimos una vuelta por el distrito de Tagansky y llegamos hasta el parque del mismo nombre.
El resto del día y de la tarde lo dedicamos a ver La Plaza Roja y el centro que era de lo que más ganas teníamos. Esto incluye el Teatro Bolshoi, Teatralnaya, la Plaza donde se encuentra Karl Marx, la plaza de la Lublianka y el edificio del Parlamento Ruso o la Duma estatal. Como ya era de noche, decidimos dejar la visita al Mausoleo de Lenin en la Plaza Roja (Krasnaya Ploschad) para el día siguiente pero cuál fue nuestra sorpresa que cuando fuimos éste estaba cerrado al público. Nosotros estuvimos en Moscú desde el 15 hasta el 21 de julio y el guardia allí presente nos comunicó que lo volverían a abrir el día 26. Obviamente ese día ya no nos encontrábamos allí. Más tarde, ya en los últimos días, nos enteramos de que había un torneo de boxeo en mitad de la Plaza Roja e imaginamos que por eso habían cortado la entrada al Mausoleo.
La entrada al Mausoleo no sólo incluye la tumba de Lenin sino también la de otros generales del Ejército Rojo que hay detrás, como Stalin, así como otras preeminencias y personalidades destacadas del gobierno y el Estado soviéticos. Los otros días lo repartimos en seguir viendo la ciudad, por el parque Gorki o Parque de la Cultura, la Plaza del Museo Cosmonáutico, el VDNJ (Exposición de los logros de la economía nacional inaugurado en época de Krushchev) así como muchas otras cosas. También estuvimos viendo el Estadio Luzhniki y sus alrededores, que tiene esculturas dedicadas a diversos futbolistas, del CSKA, del DINAMO (Lev Yashin conocido como “La Araña Negra”), otros del Spartak (entre ellos el fundador que fue un opositor al régimen soviético y cercano al fascismo). Había varios eventos de fútbol playa y estaban construyendo un pabellón nuevo, no sé si relacionado con la natación, justo enfrente de la boca del metro y junto al Estadio. Era de dimensiones colosales y tenía unos relieves de diferentes atletas que impresionaban a la vista. El entorno que rodea el estadio es un buen espacio para pasear y no muy lejos hay un famoso monasterio que también es un cementerio (Novodévichi) donde están enterrados muchos personajes famosos de la historia rusa y soviética. Vale dinero la entrada y estaban en obras, nosotros decidimos no pagar, quizás hicimos mal, en el entorno hay un gran estanque y muchos espacios verdes, Moscú es la ciudad de los parques, también la de las palomas, aunque es ideal para pasear y desconectar del ajetreo y el bullicio de una ciudad de 13 millones de habitantes. Luego fuimos andando desde ahí hasta el distrito financiero para no volver a coger el metro y fue casi una hora, porque si algo destaca en Moscú como en otras ciudades rusas son las largas distancias.
En el Estadio Luzhniki también nos subimos al teleférico, de reciente inauguración, que conecta con el punto superior atravesando el río Moscova desde donde vimos la panorámica de la ciudad desde la Colina de los Gorriones, antigua Colina de Lenin, y fuimos a ver el rascacielos de la Universidad, aunque no nos dejaron entrar.
Más tarde nos alejamos algo más del centro y fuimos a ver Kolomenskoye, un parque inmenso con antiguos palacetes de madera, un cementerio e iglesias. Dos días antes estuvimos en el Kremlin de Izmailovo comprando souvenirs que están muchísimo más baratos que las tiendas del centro. Compramos las famosas matrioshkas y en mi caso algunos imanes de la era espacial, carteles de Lenin y una taza de Marx, Engels, Lenin y Stalin. En definitiva, un viaje y una experiencia increíble que volvería a repetir en cuanto tuviese la ocasión porque es un país inmenso con mucho encanto y curiosidades por descubrir.
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