DISCURSO A FAVOR
DE UN SISTEMA DE GOBIERNO REPUBLICANO:
(Supuesto
discurso efectuado en el Congreso de los Diputados).
Señor/a
Presidente/a, Señores Delegados, la representación de mi sección política ante
esta Asamblea, se complace en cumplir, en primer término, el honor que
representa estar hoy aquí, defendiendo los intereses de todos aquellos que me
han elegido.
En primer lugar me gustaría mencionar las
ventajas de un régimen republicano, y recurriendo a los sucesos históricos,
recordar otras épocas de España en las que hubo este tipo de gobierno y de las
que nadie, o muy poca gente, parece acordarse.
El sistema republicano presenta muchas
ventajas, la ventaja de constituir mediante el voto la presencia de un Jefe de
Estado electo, cosa que no se da en los regímenes monárquicos. Esto llevaría
consigo una democratización y una abolición de la opacidad característica de
las monarquías.
Uno de los pretextos de los defensores de la
monarquía, es que los futuros herederos suelen estar muy dispuestos para el
cargo, cosa que ya les vale siendo pagados sus estudios por el conjunto de la
ciudadanía. Otro de los pretextos es, que supuestamente la figura del Rey es
neutral en política, hecho que si bien no puede beneficiar a un partido en pro
de otro, si asiste a todo tipo de ceremonias y actos militares y religiosos que
si no conllevan un fin político por lo menos si ideológico. En mi opinión,
monarquía e ideología van de la mano, por ello no se pueden desligar.
Al contrario que
en un régimen monárquico, el Jefe de Estado en la república no dispone de una condición hereditaria de nacimiento, quasi divina para acceder al cargo, sino
que es elegido por el conjunto de los ciudadanos, al igual que se elige por
ejemplo al Jefe de Gobierno, esto es, lo que en otros países como Inglaterra
llaman 'primer ministro'.
Otros muchos y
muchas defienden que, en el caso de España, el régimen monárquico saldría mucho
más rentable que un modelo republicano, alejándose ya de antemano de cualquier
vía de cambio para instaurar el republicanismo eliminando la monarquía. Y dicen
'saldría' utilizando una forma de futuro, algo condicional, para asegurar,
según lo que ellos creen, que sería más que posible si ocurriese. Para defender
esto último se basan en la "transparencia" de la página web oficial de la
Casa Real, afirmando estar seguros de que en dicha página se reflejan todos y
cada uno de los gastos de la Familia Real. Desconocen, como es de suponer, la
implantación de modelos republicanos en la nación española, y el coste del cargo de Presidente de la República, que no del Gobierno, que independientemente de sus
convicciones políticas y/o religiosas compartía los mismos comportamientos que
cualquier otro Jefe de Estado de otro país con modelo monárquico o republicano,
pero con la única, y no por ello menospreciada, solución de que en ellos existe
la vía de la elección, democratizando así completamente,
el sistema político presente.
Otra de las justificaciones de todas
aquellas personas partidarias del régimen monárquico es la redacción de la
Constitución de 1978. La mayoría de sus defensores suelen apoyarse en la
Transición, llegando incluso a divinizarla, como si se tratase de un fenómeno
de sincretismo de varios dioses en uno solo. Según sus defensores, en el
momento en que fue redactada la constitución, la gente ya aceptaba el régimen
monárquico de primera mano sólo con leer uno de los primeros artículos, el
primero de hecho, en el que se lee: " La forma política del Estado español
es la Monarquía parlamentaria." alejándose así de toda consulta
democrática como son el referéndum o el plebiscito.
Hay claro está,
un ferviente interés en legitimar el modelo monárquico, pudiéndose llegar
incluso a supuestos golpes de Estado, en los que el Rey tiene un papel
principal como intermediario que pone fin a la disputa, alcanzando así el apoyo
de un pueblo poco concienciado que acepta dicho modelo, ignorando que sus
raíces están basadas en una mentira.
Otro argumento bastante firme además de innegable, es que el actual régimen monárquico vino impuesto por la figura del Caudillo, de hecho el actual rey emérito Juan Carlos I, fue nombrado su sucesor después de que Carrero Blanco, el que sería su sucesor después de su muerte, fuese víctima de un atentado contra su persona. Los monárquicos son inclusos capaces de afirmar el carácter "liberal" del que fuera monarca hasta verano de 2014, rechazando la idea, que como es obvia, pone de manifiesto su actitud conservadora en la sociedad, como el espeluznante hecho de su escándalo sexual con Corinna, su separación con Sofía, o sus trofeos de caza en los que expone grandes animales caídos, fundamentalmente elefantes. Este tipo de caza con todos sus lujos, vergonzoso ya de por sí, pone de manifiesto la inestabilidad de la monarquía, a la que sumando el caso-Urdangarín la corrupción económica y de valores en la Zarzuela ya está más que servida.
Otro argumento bastante firme además de innegable, es que el actual régimen monárquico vino impuesto por la figura del Caudillo, de hecho el actual rey emérito Juan Carlos I, fue nombrado su sucesor después de que Carrero Blanco, el que sería su sucesor después de su muerte, fuese víctima de un atentado contra su persona. Los monárquicos son inclusos capaces de afirmar el carácter "liberal" del que fuera monarca hasta verano de 2014, rechazando la idea, que como es obvia, pone de manifiesto su actitud conservadora en la sociedad, como el espeluznante hecho de su escándalo sexual con Corinna, su separación con Sofía, o sus trofeos de caza en los que expone grandes animales caídos, fundamentalmente elefantes. Este tipo de caza con todos sus lujos, vergonzoso ya de por sí, pone de manifiesto la inestabilidad de la monarquía, a la que sumando el caso-Urdangarín la corrupción económica y de valores en la Zarzuela ya está más que servida.
Como es obvio,
no se puede comparar una monarquía constitucional o parlamentaria como la
actual, con otras monarquías absolutistas, por ejemplo Arabia Saudí, a la que
por cierto España le suministra armas, y con la que la Familia Real parece
tener una relación de lo más amigable. Este Estado, Arabia Saudí, es el mismo
que permite que las mujeres no puedan salir a la calle si no es acompañadas de
su marido, su padre o su hermano, no puedan conducir solas o tengan que ir
ataviadas con el famoso 'burka'. Véase aquí el cinismo por parte de nuestro
Jefe de Estado que se codea con los miembros de otras familias reales con mayor
poder político, en países en los que abogan por toda la serie de hechos que he
mencionado anteriormente.
En las
monarquías constitucionales, la figura del Rey no es más que una figura
meramente representativa, aunque en lo militar ostenta el cargo de Jefe del
Ejército, máxima responsabilidad dentro de la jerarquía militar. Como ya he
dicho antes, los desfiles, las ceremonias y todo tipo de exaltación de poder
real están cargados de símbolos ideológicos y religiosos, con lo que no se puede
desligar la monarquía de la ideología, que como ya he dicho anteriormente, a
menudo son la misma cosa.
Como conclusión he de decir que la
monarquía, aunque con sus avances y su limitación del poder político, aún hoy
sigue conservando suma importancia, siendo un sistema de gobierno que me
conduce temporalmente a las épocas anteriores a la huella ilustrada, el siglo
de las luces y la revolución francesa de 1789. Es por ello que se hace
necesario democratizar las instituciones, y todavía, aún hoy en la monarquía
queda mucho trabajo por hacer para lograr su total desmantelamiento.
Eso es todo, muchas gracias.
Óscar Torres
Urbano, 2º A de Historia.
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